El Ministerio de Educación y Formación Profesional ha celebrado un nutrido conjunto de foros de debate en torno al nuevo currículo con el objetivo de impulsar la necesaria participación de la comunidad educativa. Pero seguían faltando debates que pusieran el foco en nuevos agentes clave de la transformación curricular en la que está inmerso el sistema educativo español. Así, en esta ocasión, el foco se pondrá en el importante papel que han de jugar los profesionales de la orientación en el cambio curricular y también en la relevancia que ha de tener la formación permanente del profesorado en relación a esta trasformación, contando para ello con los profesionales de los centros de formación del profesorado de nuestro país.
Desde hace 3 décadas, los profesionales de la Orientación vienen jugando un papel esencial en la atención a la diversidad del alumnado de nuestro sistema educativo, trabajando en colaboración con tutores, equipos directivos, equipos docentes, familias y organizaciones del entorno.
En este tiempo, el trabajo de los orientadores ha ido superando la focalización dominante en la función diagnóstica y terapéutica, construyéndose más bien en torno al modelo educativo de intervención, que supone trabajar de forma preventiva y colaborativa en el marco del proyecto educativo de los centros. Asimismo, desde la asunción de las competencias plenas en educación muchas Comunidades Autónomas han ido modificando la organización y distribución de los profesionales de la orientación, por ejemplo, incorporando orientadores a los centros de infantil y primaria, incorporando nuevos perfiles o funciones a los departamentos de los Institutos, reformando los equipos psicopedagógicos de sector o de zona escolar o creando nuevos recursos externos especializados de apoyo a la labor orientadora en los centros.
Quizá las innovaciones curriculares, metodológicas y evaluadoras propicien nuevas adaptaciones en la organización y funciones del sistema de Orientación y, ojalá, la dotación de más profesionales donde más se necesitan. Generar un debate en torno a la consideración de los profesionales de la Orientación como uno de los motores para impulsar el cambio de cultura curricular, metodológica y evaluadora que establece la LOMLOE, se convierte en un reto apasionante.
Los borradores de RD de currículo y el Real decreto sobre evaluación publicado recientemente hacen especial hincapié en los principios de equidad e inclusión. Una medida innovadora y muy demandada es que el alumnado con NEAE pueda titular habiendo superado las adaptaciones curriculares. Los orientadores y orientadoras tenéis entre vuestras funciones principales a reforzar estos principios. En este sentido será muy revelador poder reflexionar con representantes del mundo de la orientación en torno a cuestiones como las siguientes:
- ¿Las medidas de atención a la diversidad que vienen aplicándose hasta ahora están teniendo suficiente éxito a tenor de los resultados obtenidos?
- ¿Qué innovaciones potencian o facilitan la reforma curricular actual con las que los orientadores podrían trabajar junto con tutores, equipos directivos y familias?
- ¿Qué papel pueden jugar los orientadores y las orientadoras en el desarrollo de una nueva cultura de la evaluación para poder trabajar con las posibles resistencias al cambio?
En segundo lugar, el día 15 de diciembre se abordará el segundo de los foros donde el protagonista será el papel de la formación del profesorado en el cambio del modelo curricular en el que está inmerso el sistema educativo español.
En este contexto la formación inicial del profesorado y especialmente la permanente se presentan como un derecho y una obligación del docente en el capítulo III de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo de Educación (LOE), modificada por la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, de Educación (LOMLOE). Esta Ley, apoya una formación del profesorado que tenga una visión integral liderada desde las Administraciones educativas, especialmente a través de los centros de formación del profesorado, e impulsando acuerdos con los Colegios Profesionales u otras instituciones que contribuyan a mejorar la calidad de esta formación (art. 102).
Las líneas que se establecen como claves para alcanzar este fin, sugieren la necesidad de modificar la normativa que regula la formación permanente del profesorado para que incluya aspectos referidos al marco de competencias profesionales docentes, la competencia digital docente y al cumplimiento de los compromisos de la LOMLOE.
Esto compromisos, incluidos en la meta 4.7 de la Agenda 2030 promueven la formación en el ámbito del desarrollo sostenible y para la ciudadanía mundial, y permita adquirir conocimientos, habilidades y actitudes bajo este paradigma.
Por otra parte, la LOMLOE en su art. 102 refiere la importancia de contemplar dentro de los programas de formación, la adecuación de los conocimientos y métodos, a la evolución de las ciencias y de las didácticas específicas, así como todos aquellos aspectos de coordinación, orientación, tutoría, educación inclusiva, atención a la diversidad y organización, encaminados a mejorar la calidad de la enseñanza y el funcionamiento de los centros. Asimismo, se deberá incluir formación específica en materia de igualdad, sobre las Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, acoso y malos tratos en el ámbito de los centros docentes y formación en prevención, detección y actuación frente a la violencia contra la infancia, con el fin de crear una sociedad más justa y equitativa.
Por todo ello, la implementación del nuevo currículo, centrado en un enfoque competencial y alineado con otros currículos europeos, da respuesta a los nuevos retos a los que se verá confrontado el alumnado, para la mejora de la calidad del sistema educativo, en la que el profesorado juega un papel esencial. La formación del profesorado debe integrar nuevos elementos curriculares en los que el perfil competencial de salida, las competencias específicas, los saberes básicos y especialmente el diseño de situaciones de aprendizaje, cobran especial relevancia. Una de las claves para hacer frente a los desafíos educativos actuales es la mejora de las competencias profesionales docentes que requiere atender de forma eficaz a las necesidades de cada individuo para que afronte de forma autónoma situaciones no anticipadas. La importancia de la formación continua se evidencia en su inclusión como indicador en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas 2015.
Centrándonos en la dimensión técnica de la formación para la trasmisión del conocimiento, se nos propone desarrollar capacidades que nos permitan utilizar las tecnologías de la información y la comunicación y la formación tanto en digitalización como en lenguas extranjeras de todo el profesorado, independientemente de su especialidad, estableciendo programas específicos de formación en estos ámbitos (art. 102, LOMLOE). Este modelo de formación del profesorado se entiende desde la necesidad de la creación de redes de profesionales que favorezcan el intercambio de experiencias sobre investigación e innovación, impulsando el trabajo colaborativo entre centros y la autoevaluación y mejora de la actividad docente.
Atención especial requiere, por tanto, la formación en Competencia Digital Docente. Si algo ha emergido de la situación pandémica que aún estamos viviendo es la importancia de adecuar los canales de la enseñanza educativa a la variabilidad de escenarios posibles. Esta línea de formación del profesorado da respuesta a una necesidad a través del Plan de Contingencia que garantiza la continuidad de la actividad educativa, y por tanto, el derecho a la educación del alumnado en cualquier circunstancia. Este Plan, tendrá que contener las medidas que garanticen el desarrollo de la competencia digital de alumnado y profesorado, reduciendo en lo posible la brecha digital de acceso y uso, y la revisión de los elementos del currículo y de las programaciones didácticas centradas en los aspectos más competenciales del currículo. Por tanto, la formación en competencia digital docente, aparece como punto clave para cumplir con este mandato. Es por ello que la LOMLOE en su art. 111 bis expone que el MEFP elaborará y revisará, previa consulta a las Comunidades Autónomas, los marcos de referencia de la competencia digital que orienten la formación inicial y permanente del profesorado y faciliten el desarrollo de una cultura digital en los centros y en las aulas.
Por todo ello, generar un debate acerca de la necesaria implicación de los centros del profesorado en el cambio curricular adquiere interés general al abordar las siguientes cuestiones:
- ¿Cómo pueden apoyar los centros de formación del profesorado el diseño y desarrollo curricular en el marco de un modelo competencial?
- ¿Cómo pueden contribuir a la implantación y actualización de contenidos curriculares y otros aspectos derivados de futuras normas educativas?
- ¿A qué retos tendrá que enfrentarse el profesorado para desarrollar el nuevo currículo y cuáles serían las líneas de formación del profesorado para actualizar su formación curricular?
- ¿Cómo se va a ver afectada la formación inicial (grados y máster) que recibe el futuro profesorado? ¿Nos encontramos ante la necesidad de sacar al mercado laboral un perfil profesional actualizado?
- Una nueva forma de entender el proceso de enseñanza-aprendizaje, ¿supone un nuevo modelo profesional docente?
- ¿Qué herramientas y/o recursos va a necesitar el profesorado para poder trabajar los currículos desde esta nueva perspectiva?
- ¿Cómo tendrán que configurarse los espacios educativos, aulas, laboratorios, gimnasios, para poder poner en marcha las nuevas metodologías que emergerán del nuevo desarrollo curricular?
- ¿Cuál debe de ser el papel que juegue el docente en la transición curricular?
- ¿Qué papel tienen que protagonizar las nuevas tecnologías en la puesta en marcha del nuevo currículo por parte de los docentes?
Introducción
Dentro de los espacios de debate que el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha dispuesto para que todos los sectores implicados en la educación puedan poner en común conocimientos y reflexiones, en el marco de desarrollo de la nueva ley educativa, se celebró, en noviembre y diciembre del año pasado, el foro El currículo a debate. Un currículo para una sociedad que avanza. Como una continuación lógica y necesaria del mismo se concibió el siguiente foro, que tuvo lugar los días 20, 21, 26 y 28 de abril bajo el título Nuevo currículo para nuevos desafíos: hablan los centros. Los temas de ambos foros se trataron también en un cuestionario digital paralelo de participación ciudadana. Cabe destacar el consenso generalizado que estos espacios de reflexión, que contaron desde el principio con la participación de todos los integrantes del sistema educativo, depararon, como la necesidad de un currículo competencial que ponga el foco en el alumnado y que permita una escuela inclusiva, equitativa y democrática, capaz de dotar a nuestros alumnos y alumnas de las competencias necesarias para afrontar los retos del mundo actual.
Este decidido y necesario enfoque competencial que la nueva ley consagra y que la sociedad reclama no puede realizarse sin que los instrumentos de análisis y evaluación del sistema educativo se adapten a su carácter competencial. Si la manera de entender y aplicar el proceso enseñanza-aprendizaje se enriquece y cambia con la presencia de las competencias, y si los objetivos que estas señalan han de ser de naturaleza transversal y competencial, es lógico esperar que, junto con los procedimientos y materiales de evaluación habituales, se consideren también nuevos instrumentos de evaluación que se ocupen del proceso de adquisición de competencias por parte de nuestros alumnos y alumnas, así como de la innovación curricular por parte de los centros.
Por ello, desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional se propone ahora atender, en un tercer foro, a ese elemento fundamental del sistema educativo que es la evaluación, instrumento que permite señalar fortalezas y debilidades, nos muestra qué necesitamos para mejorar nuestro sistema educativo, y nos puede informar de si la aplicación de algunas de las líneas maestras de la LOMLOE (el currículo competencial, el papel esencial del profesorado y de los centros) consensuadas en los foros anteriores se realizan óptimamente, de manera que el resultado garantice una escuela inclusiva, equitativa y democrática para todos y todas.
En educación, como en general en cualquier actividad humana, lo que no se evalúa no puede ser conocido, ni mejorado, ni adaptado a las nuevas circunstancias. Y, para que sea completa y eficaz, la evaluación de un sistema educativo debe realizarse, de manera coordinada, por un lado, desde la concreción singular de los centros, a través de las evaluación interna y de aula (instrumento fundamental de conocimiento de la adquisición de conocimientos y competencias del alumnado), enriquecida con la evaluación externa individualizada mediante las evaluaciones de diagnóstico previstas en nuestra ley para medir las competencias adquiridas por el alumnado en momentos clave de su vida escolar, de manera que permitan obtener información útil para poder tomar decisiones académicas y pedagógicas. Por otro lado, de forma complementaria, desde la perspectiva global y a gran escala que proporciona la evaluación externa y muestral, cuyo objeto de estudio y análisis es el sistema educativo en su conjunto a través de las evaluaciones que coordina el Ministerio de Educación y Formación Profesional para fin de etapa de 6.º EP y 4.º ESO, así como las pruebas internacionales, diseñadas por organizaciones como la OCDE o la IEA.
Este foro sobre evaluación se desarrollará los días 15 y 17 de junio, y, en consonancia con el espíritu de reflexión y de indagación de los foros anteriores, propone un ámbito de exposición y de intercambio de ideas y experiencias relacionadas con la evaluación en el contexto de la transformación curricular. Por ello, las dos jornadas que lo integran culminarán con un debate abierto sobre los temas tratados.
En el programa de este foro se parte de la evaluación en los centros y en el aula, en la primera sesión, para abordar en la segunda las evaluaciones generales y externas del sistema, según el siguiente calendario:
Día 15 de junio
¿Cómo evaluar por competencias?
- La importancia de la evaluación por competencias.
- Instrumentos para la evaluación por competencias.
- Experiencias en centros educativos.
Día 17 de junio
Evaluaciones externas: ¿por qué son fundamentales?
- Las evaluaciones externas como herramienta de mejora.
- Las evaluaciones externas en el sistema educativo español.
- Experiencias de comunidades autónomas y desde la perspectiva de la inspección educativa.
Como los anteriores, este foro está concebido para que puedan participar en él representantes de distintos sectores comprometidos con la educación como el profesorado, los centros, las comunidades autónomas, o profesionales del mundo de la investigación pedagógica y de la organización escolar y de distintos ámbitos de la educación que contribuirán con su experiencia y sus reflexiones a situar en el marco de la LOMLOE la evaluación educativa. A estas aportaciones podremos añadir la realizada por los miembros de la comunidad educativa que quieran intervenir por twitter con el hashtag #NuevoCurrículo, o a través del cuestionario digital.